Facundo

Facu llegó... y ¡antes de lo esperado!

Nació ayer, 7 de noviembre, a las 8:00 am en ciudad de La Plata. 36 semanas de gestación (un mes antes de lo previsto), 2400 gr. y la altura, para la próxima...

Toda la aventura fue muy rápida. Alrededor de las 4:30 am, Lore logró despertarme (me había dormido sólo un par de horas antes). Se sentía dolorida. Pero en ese momento, nada nos hacía pensar que estuviese comenzando con el trabajo de parto. Era un dolor leve, pero molesto. Pasaron los minutos. Los dolores aumentaron en intensidad y se hicieron regulares: contracciones. Empezamos a sospechar. Llamamos a la partera, quien nos recomendó esperar al menos dos horas más, cuantificando las contracciones en intensidad (fácilmente... a través de las caras que ponía Lore) y, sobre todo, la frecuencia. Hicimos caso. En parte...

Al cabo de una hora, y con contracciones que duraban un minuto (e intervalos de relajación de dos minutos), llamamos nuevamente a la partera quien nos recomendó, amablemente, acercarnos a la clínica con la mayor celeridad posible. Por las dudas, tuve el tupé de armar el bolso de Facu (sí, deberíamos haberlo armado un tiempo antes), terminar de armar el bolso de Lore y preparar mi mochila.

A las 6:30, sólo 2 horas después de las primeras molestias, Lore estaba realmente dolorida, al punto que me costó subirla al auto. Llegamos a la clínica. La partera nos estaba esperando. La llave de la sala de parto viajaba en el bolsillo de alguna enfermera. Tuvimos que esperar unos 15 minutos. Para Lore fue una espera de dos horas.

Y entramos a la sala, sentamos a Lore en el sillón de parto y resulta que tenía dilatación completa. En criollo... "Facu, aguantá que la obstetra todavía no llegó". Pasaron cinco minutos. O diez. Finalmente, llegó. Tres o cuatro pujes. Facu llorando. Yo también. El momento de mi vida.

Facu estaba en perfectas condiciones. Lore estaba muy bien. El día avanzó entre visitas de los seres queridos. Entramos a la clínica el martes a 7:00 am, salimos al día siguiente (hoy) al mediodía.

Ya estamos en casa. Acaban de dormirse. Yo, cocinando, ordenando y escribiendo.

Sólo quería contarles...

Damián.

PD: algunas fotitos para que se deleiten... las primeras con el celu... las últimas con la cámara...